Labrando en Lubbock
Aborrezco la parte alemana y cada intento de aprenderlo no
va más allá que “ich ist ein apfel”.
Pues, sí, la parte irlandesa la
celebro. Por la poesía.
El idioma del español anda,
un fantasma dentro de mí.
Como dice el bolero o el tango, sabes, esa
canción de Volver – 20 años no son nada.
El español anda, un fantasma adentro.
Tres cuartos alemán, un cuarto irlandés,
cien por cien norteamericano de Detroit
labrando en Lubbock
como profesor de español.
Lo hablo, lo escribo.
Pero no por mi madre sino andando por las calles y las plazas y de ese chico andaluz que andaba con rímel en los ojos
que llamaba el congelador el freezer
y por las dos décadas con una chica con ojos verdes. Hablo inglés desde la infancia.
El español anda, un fantasma.
Un fantasma cantando estas palabras.
La historia de los fantasmas no le importa o no al que la cuenta si es la verdad o no.
El que la cuenta solo quiere que escuches.
La historia del fantasma
no cuenta nada.
El fantasma anda.
“Labrando en Lubbock” Nueva Grecia: Revista de Literatura 9 (2015) 5.
Una traducción de un poema de Yeats al estilo de Lubbock
Me corté una vara de avellano,
La tallé y le puse un hilito.
De la corriente, pesqué una trucha brillante, deslizando por el suelo. Antes de desengancharla, esa luz del río
se convirtió en una chica con flores de manzana en el pelo color
obsidiano.
Me llamó por el nombre y huyó
en el aire crepuscular.
Yo ya soy mayor, pero
sigo errando por esta llanura. Busco por barrancos de ese río ya seco
en este mar de algodón,
lleno de estacas con su alambre de púas.
A pesar de la falta de camino
un día encontraré, cuando menos espere,
ese ser que sacó el corazón,
la llamaré por su nombre y
recogeré las manzanas de azabache de la luz cristalina de su pelo.
“Una traducción de un poema de Yeats al estilo de Lubbock” Nueva Grecia:
Revista de Literatura 9 (2015) 6.